Dibujamos el agua, frente al río. Lo pusimos en el centro y apareció en su diversidad de formas, contenidos, colores, líneas, bordes y tamaños. Al tiempo, el agua se llenó de nombres y memorias.

La publicación Cómo cuidar un río (entre―ríos, 2023) nos guió el recorrido por la cuenca del río Bogotá. Entramos a sus bosques, riberas, y de su mano de sus dibujos y textos reconocimos la diversidad de formas de nombrar el agua, las quebradas y los acuíferos. Las historias que habitan al río y que dan vida a esta publicación guiaron el cauce geográfico y las redes de acciones y afectos que se activan en la cotidianidad de su cuidado; encaminaron nuestro mapeo colectivo.

La invitación a identificar los cuerpos de agua vecinos a las casas, el colegio u otros espacios cotidianamente habitados por los estudiantes del colegio Pablo VI, ubicado en la vereda Santa Rosita, guió la conversación y el taller.

Juntos vimos a través del dibujo cómo la unión, encuentro y acumulación del agua hace al río, al páramo, las quebradas, los acueductos veredales, los embalses, los múltiples nacimientos, los pozos, las lagunas, el bosque ripario, los humedales, las zanjas y drenajes. Somos parte del río en la medida que vivimos en esta cuenca. Somos parte de cada río al habitarlo y convivir con sus aguas.

Al mapear los cuerpos de agua, mapeamos las interacciones del río con cerca de 150 estudiantes que día a día ven su flujo en movimiento y recorren o caminan su ronda. Al mapear al río apareció el colegio, con un gran letrero a la entrada que nombra el AGUA: la casa del agua. Aparecieron los acueductos veredales, como casas abrazadas y conectadas con tubos. Aparecieron cascadas que le dan la fuerza a su forma y el páramo que lo ve cada día nacer entre turberas. Apareció el bosque ripario, que acompaña su paso por las rocas. Aparecieron reservorios, pozos, acequias en las casas familiares o de vecinos. Los puentes unieron montañas, y se hicieron presentes las rocas y las formas abstractas e inconmensurables del agua. Se sumaron embalses elevados, lluvias constantes, nubes, árboles y flores, visiones de los días: de una vida feliz, un mundo mejor. 

Con muchas preguntas, memorias propias y familiares activadas, respuestas compartidas, cada uno se conectó y dibujó uno o varios cuerpos de agua. Al final fueron 117 dibujos de estudiantes de grados sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo y once. Y otros 30 afiches del río en Suesca y Villapinzón coloreados por niños y niñas de preescolar y primaria.


“Todo es relacional, pues la naturaleza no está afuera de nosotros”. Y nosotros en Suesca vivimos un río vivo, que en tensión con las problemáticas que lo transforman, en su día a día se alimenta de diversas formas de cuidarlo.”

Profesora Andrea del Pilar

El río llega a Suesca y al Colegio Pablo VI, Santa Rosa…

El río entra a Suesca por la vereda Santa Rosita, luego de pasar por Chocontá y nacer en Villapinzón. A lado y lado se encuentra con las veredas Teusaquira, Tenería, Guita, Cacicazgo. Sigue su cauce pasando por Sesquilé y Gachancipá. Al entrar a Suesca, y de pasar por debajo del puente de Santa Rosa, que conecta a lado y lado las montañas que van abriendo el valle en el altiplano y posteriormente la gran Sabana de Bogotá. Los meandros del río acompañan las casas de campesinos y campesinas que han vivido en la región durante décadas. Luego de atravesar la vereda se empieza a abrir, ante los ojos del colegio, el gran Cañón de las Lechuzas. Dos paredes de roca rodean y forman el camino del río antes de encontrarse con el bosque ripario y las rocas de las aves y los escaladores, unos kilómetros más adelante. Y ahí a medio de este camino, aparece el colegio Pablo VI, uno de los principales vecinos del río, donde nos reunimos el martes 23 de abril de este año a dibujar sus aguas vecinas. 

Hace unos diez años en la IED Pablo VI coincidió un grupo de la comunidad y el colegio, con una propuesta alrededor del río Bogotá; tras mucho pensar y probar ideas se consolidó el proyecto comunitario e institucional Manos a la Cuenca. Los estudiantes a partir del reconocimiento de la zona y del uso del agua y del suelo, en diferentes recorridos por las veredas, reconocen su territorio, el recorrido que hace el agua (entre talleres de ciclos de agua, carbono, suelo, y otros temas), toman conciencia de dónde nace el agua, y cómo llega a su casa; también piensan en dónde desemboca y el estado de pureza o de potabilidad de las aguas que van al río. Con los estudiantes también se ha reconocido la importancia de los nacederos son subterráneos que vienen de la montaña, y que hay que cuidarlos de la misma forma.

En este proceso ha sido vital mostrar que el aprendizaje significativo se logra gracias a la convergencia de diferentes actores, que deben hacer presencia en los procesos educativos. Uniendo diferentes fuerzas con los diferentes actores se logra impactar en la cotidianidad del estudiante. Entre más “manos” trabajen por un bien común, que es cuidar el río, se puede impactar en la comunidad educativa, y así cuidar entre todos los nacederos, y a un río que se resiste a morir.

Nombrar el río

Río Bogotá, Nacedero de Tenería, Acueducto Tenería, Acueducto Santa Rosa, Acueducto Teusaquria, Acueducto La Mana, Represas de Tenería, Bosque ripario de Tenería, Quebrada La Mana, Laguna El Milagro, Acueducto San Vicente, Quebrada El Salitre, Cañón de la Lechuza, Quebrada Tenería, Quebrada Suesca por la 40, La Cascada, Laguna de Suesca, Laguna de Guatavita, Páramo de Guacheneque, Laguna del Mapa, Páramo de Guateque, Embalse de Tominé, Embalse del Sisga, Laguna de Guatavita, Páramo de Sumapaz, Páramo de Santurbán, Río Magdalena.


Dibujando las aguas
Concepto, facilitación, registro: Laura Giraldo-Martínez
Textos: Laura Giraldo-Martínez, Andrea del Pilar Rojas, Colegio Pablo VI, Santa Rosa, Suesca, Cundinamarca

Este taller se realizó en el marco del proceso de investigación doctoral de Laura Giraldo-Martínez en el proyecto River Commons de Wageningen University & Research en Países Bajos, el cual se ha desarrollado en colaboración el proyecto RÍO BOGOTÁ de entre―ríos. Las acciones de cuidado del río del municipio de Suesca, como el Proyecto Manos a la Cuenca, la Fundación El Silbido de la Montaña, ASORUC y Fundación Al Verde Vivo, hacen parte de la red y la publicación Cómo cuidar un río (entre―ríos ed. 2023).