Expedición híbrida por el río Mapocho

Área Metropolitana de Santiago-Chile

por Gianna Salamanca

Extracto 1

El presente ejercicio propone una reconstrucción de la ribera del río Mapocho, empleando una metodología que combina observaciones satelitales a través de Landsat con inspecciones in situ para caracterizar las potenciales naturculturas que constituyen el sistema hidrosocial del Área Metropolitana de Santiago (AMS) (Figura 3)

Desde una perspectiva geomorfológica, Santiago se localiza en la cuenca hidrográfica del río Maipo, desplegándose desde la frontera con Argentina hasta el océano Pacífico. Dentro de esta cuenca, la segmentación en subcuencas revela una rica herencia hidrosocial, evidenciada en las interacciones entre el río Maipo y el río Mapocho. Estas interconexiones fluviales constituyen la infraestructura hídrica esencial del área metropolitana de Santiago, proporcionando recursos hídricos vitales para las comunidades del valle desde la era prehispánica. El caudal de estos ríos tiene su origen en el Cerro el Plomo, situado en el macizo de la Cordillera de Los Andes, y tras un recorrido de 110 kilómetros desemboca en el río Maipo, principal sistema colector de aguas superficiales de la región. La alimentación de estos cursos fluviales proviene tanto del deshielo de los glaciares cordilleranos como de las precipitaciones anuales, estableciendo una sinergia con sus principales tributarios: los ríos Volcán, Colorado y Yeso. El río Mapocho, como afluente primordial, canaliza las aguas a través de la travesía urbana de Santiago. Finalmente, después de un trayecto de 250 kilómetros, el río Maipo desagua en Llolleo, al sur del puerto de San Antonio en la Región de Valparaíso (ver sistema hidrográfico Figura 4). 

Extracto II

Resulta esencial destacar que la cuenca del Maipo, densamente poblada y sede de variadas industrias enfrenta el desafío de cubrir aproximadamente el 70% de la demanda de agua potable y cerca del 90% de las necesidades de riego, además de su crucial papel en la generación hidroeléctrica (INE-Chile). En este contexto, las intervenciones antrópicas continuas, tales como la canalización y el uso urbano, han transformado los paisajes hidrosociales de la región en ecosistemas altamente degradados y artificializados. Esta modificación ha generado una brecha identitaria entre las comunidades capitalinas y los cuerpos de agua que delinean el territorio. Históricamente, las sociedades agro-alfareras, identificadas como las culturas Llolleo y Batro, introdujeron prácticas de horticultura, agricultura y ganadería en la cuenca, heredando con ello un patrimonio hidrocultural significativo. No obstante, las sucesivas transformaciones en la gestión y domesticación de los ríos han provocado una fractura en la relación identitaria, especialmente evidente desde el origen del río Mapocho hasta su confluencia con el río Maipo en Llolleo (San Antonio). El impacto ha sido tan profundo que, a inicios de 2023, se reportó que el río Maipo no alcanzaba a desembocar en el océano. Para muchos expertos, esta situación no solo se deriva de procesos de desertificación, sino también de un “saqueo” hídrico, refiriéndose a la extracción desmedida de agua para monocultivos, megaminería y otros factores vinculados al cambio en el uso del suelo y las transgresiones al código de aguas.

A partir de las imágenes satelitales (Figuras 5, 6 y 7), es evidente que las intervenciones urbanas a nivel de cuenca poseen un carácter metabólico, induciendo alteraciones significativas en los componentes del ciclo hidrológico. La expansión de la superficie urbana no solo inhibe las condiciones naturales de infiltración, incrementando los volúmenes de agua que descienden por las laderas durante periodos de precipitaciones intensas, sino que también obstaculiza el almacenamiento de agua en el suelo y dificulta la recarga de acuíferos. Esta situación genera extensas áreas de anegamiento, afectando principalmente a poblaciones de bajos ingresos. Estos fenómenos pueden interpretarse desde perspectivas posthumanistas y simbióticas de las naturaculturas, como propone D. Haraway (2016), sugiriendo que las relaciones entre los ríos y sus habitantes están marcadas por una memoria traumática debido a desbordamientos fluviales y riesgos asociados a sequías en periodos estivales. Solo el año pasado, el Gobierno Regional Metropolitano, en colaboración con la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) y la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), activó un protocolo de racionamiento de agua potable en sectores del Gran Santiago debido a un prolongado periodo de escasez hídrica. Sin embargo, con la aparición del fenómeno climático “El Niño”, el temor a los riesgos relacionados con las lluvias resurge, evocando grandes catástrofes del pasado. En 1982, precipitaciones que superaron los 120 mm en una semana provocaron el desbordamiento del río Mapocho, inundando diversas áreas y generando aluviones que afectaron a comunidades situadas en las laderas de la cordillera. Cuatro décadas después, en agosto del presente año, un río que parecía haber desaparecido resurge con turbulencia, lo que ha llevado a un reencuentro con la turbidez de sus aguas y a cuestionamientos sobre sus ciclos, desde la desertificación hasta la reconsideración de sus propiedades hídricas previamente desatendidas

Por otro lado, la conflictividad hídrica en el AMS ha adquirido una importante visibilidad, no solo desde un punto de vista de emergencia climática y los decretos de escasez hídrica para aquellas comunas más afectadas, sino también por una normativa que no permite reconocer el derecho humano al agua de forma oportuna y equitativa. Un caso emblemático, observable en las imágenes satelitales (Figura 3), es el proyecto minero Los Bronces Integrado, gestionado por la transnacional Anglo American. Diversos informes del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA), específicamente del ICSARA, proyectan un escenario preocupante que amenaza el suministro de agua para la capital. El proyecto es considerado incongruente con la promoción del uso sustentable y estratégico del agua en la región, y con la gestión responsable y segura del territorio frente a riesgos tanto naturales como antrópicos. Esta situación compromete intrínsecamente a los glaciares y ecosistemas andinos de la región. Desafortunadamente, las Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) han sido favorables al proyecto, a pesar de la vulnerabilidad del paisaje al cambio climático y de antecedentes preocupantes. Específicamente, Anglo American ha tenido episodios en 2005 y 2015 donde se liberaron cerca de 10 millones de litros de agua contaminada con arsénico y metales pesados en las cuencas del Maipo y el Aconcagua.

Extracto III

Ahora, restringir la identidad hidro-social de la capital de Santiago al sufrimiento ambiental producto de la acumulación por desposesión y los fenómenos globales de urbanización, podría pasar por alto las manifestaciones de revalorización y los deseos de restauración ecológica de la ribera del río Mapocho. Después de todo, diferentes aspiraciones para recuperar corredores de biodiversidad, implementar programas de gobernanza socio-ecológica y proteger los afluentes de la cuenca hidrográfica del AMS han emergido como una necesaria subsistencia. En ello, estrategias como el proyecto GEF con Planes Maestro de Borde Ríos y esfuerzos de la sociedad civil -Mapocho 4K y Mapocho Navegable-, han buscado identificar un estatuto del río como un Humedal Urbano, proporcionando así una protección jurídica. Esto no solo reivindica una nueva figura para el río, sino también una voluntad y un imaginario hidro-común.  Ante esta emancipación de una cultura regenerativa, las siguientes imágenes -realizadas en Dreamstudio en el contexto del taller dirigido por David Medina- se enuncia una utopía de ensamblajes entre técnica- restauración y representación del mundo natural para el AMS, el cual sigue siendo ante todo urbano

Extracto IV

Registros in situ. 

Ejercicio realizado para el seminario Culturas Hidrocomunes | Proyecto Entre-Ríos (2023

[Figura 1] Rafting en el río Mapocho, 1973
Enterreno Chile

[Figura 2] Sociedad del Canal de Maipo, 170 años
Asociación de Canalista.

[Figura 3] Mancha urbana (color gris) en medio de zonas agrícolas, áreas verdes urbanas y valles que componen el AMS.
Archivo personal vía ArcGis-Landsat. 

[Figura 4] Sistema hidrográfico de la región Metropolitana de Santiago
Archivo personal

[Figura 5] Glaciares junto a sitios de extracción de Los Bronces Integrado en Cerro El Plomo (megaminería)
Archivo personal

[Figura 6] Imagen de 1981 y 1985 Cerro el Plomo -previo a intervención minera
Archivo personal vía Google Maps

[Figura 7] Patrones de uso de suelo (rural, industrial y urbano) colindantes al río Mapocho y río Maipo
Archivo personal vía Google Maps

[Figura 8] Desborde del río Mapocho año 1982 -izquierda- y año 2023 -derecha-
Enterreno Chile y prensa Chilena. 

[Prompt 1] – Develop a detailed plan for the ecological reconstruction and restoration of the Mapocho River.
Generado con Dreamstudio

[Prompt 2] – Navigable river for the Mapocho river in Santiago, Chile.
Generado con Dreamstudio

Percepción del color del agua (AI) y dispositivo celular.


Gianna Salamanca

Artista visual egresada de la Universidad de Chile. Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile (IEUT-UC) con estudios de especialización en Restauración y Rehabilitación Ambiental de Ecosistemas Terrestres (Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza-Universidad de Chile) y Desarrollo Patrimonial y territorial Sostenible (UC). Actualmente, su investigación de tesis doctoral se centra en la regeneración biocultural de ecosistemas prioritarios y agroforestales de la Cordillera de Nahuelbuta.