Quibdó, marzo 4 de 2022 A las 11 de la mañana escampa y nos embarcamos hacia el río Quito. Nada de cámaras, tampoco la grabadora de sonido, cuando lleguemos a calle larga podemos quizás hacer algunas tomas porque ahí sí se puede ver quién baja. Quería volver a ver los dragones desmembrados que quedan como estatuas a la deriva en la cuenca. Maryuri y Luz Enith, Guardianas del Atrato ya me habían advertido que el río estaba crecido y no vería nada. Nos atrapa una nube con lluvia. Nos cubrimos con bolsas negras de basura. Las gotas de lluvia danzan sobre el agua. No se ve nada, parece que en el río no pasa nada. Nos pasa una champa llena de sombrillas de colores y flores, son todas mujeres, unas 30, son las mujeres que van a la mina, al barequeo. Pasamos dos campamentos mineros, es mejor darles la espalda, que no nos vean la cara. Seguimos navegando río arriba. Con la corriente baja una nevera blanca hacia el Atrato.
El historiador Gonzalo Díaz me comparte que Quibdó tuvo la primera avenida pavimentada en América Latina. Esta imitaba el recorrido del Atrato. También, como ciudad colonial, construyeron todas las casas dándole la espalda al río, pues a éste botaban y siguen botando todos los desechos de los baños, de la cocina, de las casas. Me comenta sobre el incendio de 1966, un diciembre triste, se queman las casas en las riberas del río y muchas personas quedan damnificadas. El proyecto de reconstrucción de la ciudad después de la quema incluyó la apertura de la ciudad hacia el río Atrato con el Malecón. Hay diversas relaciones y cotidianidades con las aguas desde el habitar.
QUIBDÓ ES UN CUERPO DE AGUA
NAVEGAR LAS YESCAS
MIRARLO DESDE EL RÍO
HAY PARTES DE LA CIUDAD QUE LE DAN LA ESPALDA
Y OTRAS QUE VUELVEN SU MIRADA A SUS AGUAS
Aquí no pasa nada.
Todo verde,
todo selva,
todo agua,
algunas mariposas y flores exóticas.
Lo he visto todo,
lo he escuchado todo,
lo sé todo.
Río abajo me voy
las aguas crecen y me llevan.
Para muchos soy invisible.
A veces es mejor ser invisible en este acuatorio.
Siempre pasa todo por el cuerpo.
Lo que sucede en la parte alta de la cuenca,
tendrá repercusiones en la parte media y baja,
hasta las bocas.
Recordar el sentido acuático del futuro.
El río se desborda constantemente.
Atraviesa los cuerpos.
Somos parte de su tejido.