Río Quito, marzo 15 de 2020
Seguimos navegando río arriba con Bernardino, esta vez, después de una curva, lo que nos encontramos no es un dragón en ruinas, sino un dragón trabajando, en Villa Conto. El ruido que produce es fuerte. Todos los días trabajan las máquinas, salvo que el río esté muy seco y haya poca agua, ya que sin agua en el río, no pueden trabajar los dragones. Si llueve mucho, sin embargo, las aguas se desbordan y también generan estragos.
En ese momento recuerdo cuando entré a una compra venta de oro en Quibdó y pregunté por el precio de un anillo de oro. La vendedora me respondió “la venta de oro ahora está parada por el alza en el dólar que sube el precio del oro”. Lo que concluí fue “el coronavirus ya llegó al Chocó con la subida del precio del oro”. La señora me pasa el anillo que le señalé sobre el vidrio de la mesa. Leo en su interior, H2O, la abreviatura química del agua en la tabla periódica, qué poético, el agua de los sueños que escasea y se evapora es el H2O en el anillo de oro en los dedos. Volviendo a Taussig ¿por qué siempre esta intimidad entre el agua y el oro?
los cantos en las noches
reverberan
despiertan los mitos del sueño profundo
con su propio ritmo
van y vienen
se evaporan al medio día
tejen todos los cuerpos
hay huellas
no agua
no río
no mina
no oro
las ancestras susurran
las aguas de los sueños
silencio
los ríos son el oro del Chocó
h20 o el agua de los sueños