El nacimiento y la desembocadura de un río están conectados. Lo que ocurre aguas arriba, llega río abajo. Pero también, como sostienen los koguis, lo que pasa aguas abajo, reverbera cuenca arriba. Si fuera tiempo la información que circula por el cauce de un río, este no sería un tiempo lineal.

Esta perspectiva integral de la cuenca del río es lo que el proyecto Manos a la Cuenca viene proponiendo para el cuidado del territorio desde el 2017. Los usos del suelo están estrechamente ligados con el cuidado del agua; en articulación con la FESM, una de las acciones del proyecto es la de promover la restauración agroecológica. Dirigir la atención, corporal y afectivamente, hacia la siembra, ha permitido reactivar la memoria de los ancestros y de la tierra. Han brotado ibias, arracachas, chuguas, nabos y otros tubérculos de altura, que en la olla comunitaria hacen parte del sancocho con altura.

Además de promover la conservación del paisaje comestible y de los conocimientos asociados a este, relacionarse con el territorio desde la siembra y la ingesta ha despertado la reflexión frente a lo que significa comer la cuenca.

¡Baje aquí nuestra publicación digital para conocer la cuenca!

La Fundación El Silbido de la Montaña (FESM) se creó en el 2013 en Suesca, donde concentra la mayor parte de su trabajo. Es una plataforma que anida la formulación e implementación de proyectos relacionados con el patrimonio cultural y natural de este municipio, como también de Sogamoso y Villa de Leyva. Con estos, busca articular los intereses y necesidades de sus habitantes, y cultivar en ellos un sentido de pertenencia y de corresponsabilidad frente al cuidado del territorio.

La diversidad de la población de Suesca, que reúne a campesinos y gente proveniente de diferentes ciudades, fue una semilla de inspiración para crear la Fundación. Su festival Titua y escuelas de formación culinaria y audiovisual han contribuido a que el encuentro, intercambio y colaboración entre personas con experiencias de vida diversas se transforme en el trabajo de una comunidad que se siente convocada a escuchar y atender el llamado de la montaña.

¿Cómo se come un río?

Inspirados por los esfuerzos de diversos colectivos que cuidan el río, el 26 de abril de 2023 convocamos a 16 habitantes y guardianes de la cuenca a un Piquete de Río Bogotá en el Salto de Tequendama.

Desde Villapinzón, Suesca, Sesquilé, Bogotá, El Charquito y el Tequendama se sumaron representantes de cabildos Muysca, acciones de restauración ecológica y gestión comunitaria del agua, educación ambiental, turismo de naturaleza, huerteros y líderes de mercados campesinos.

Fue un Piquete para soñar lo improbable: juntar cuidadores del río para comer en uno de sus puntos más contaminados, para conocer los alimentos de su cuenca y las recetas que se han transmitido por generaciones.

¡Un Piquete para compartir el amor por la cuenca, y claro… para comerse el río!