Cuerpos de Agua
Vivimos en porosidad. En nuestras aguas comunes, compartimos materia y minerales; respiramos, sanamos y enfermamos como cuerpos líquidos. Y aunque diferenciarnos es clave para entender nuestras corresponsabilidades, estamos irrevocablemente implicados en ciclos hidrológicos más-que-humanos que van de lo molecular a lo climático. Nuestra conexión con los cuerpos de agua es material, ontológica y siempre más que metafórica. Concebir el agua y el cuerpo humano como entidades inconexas y discretas, es un mito conveniente y pernicioso que refleja otros binarismos limitantes y excluyentes.
Si ponemos atención, encontramos conexiones materiales con todas las cosas. Cualquier acción se ve implicada en un contexto mayor que nos involucra. Nuestros afectos fluyen y confluyen a través de membranas permeables. Estamos en el río y el río está en nosotros. Siguiendo esa lógica, nuestros cuerpos se expanden y diluyen en redes hídricas, geológicas y atmosféricas, hasta que el mundo se convierte en una masa sin fronteras donde las diferencias se borran, lo que produce horror.
Sabernos porosos conlleva, entonces, retos. ¿Cómo podemos reconocer la capacidad múltiple de nuestros cuerpos de ser agentes en el terreno personal, de lo físico, afectivo y comunitario, y al mismo tiempo mantener vigentes las permeaciones que alcanzan el terreno de lo planetario? ¿Qué responsabilidades éticas y acciones de cuidado conlleva el doble movimiento de nuestra transcorporeidad? Somos cuerpos sólidos y líquidos al mismo tiempo; determinados pero sin fronteras; sanos y enfermos. ¿Cómo negociamos esta ambivalencia? ¿Cómo seguimos con ese problema? Y, ¿cómo imaginamos y activamos interpermeaciones más justas?
El lenguaje es limitado para entender la fugacidad e imbricación de estos cuerpos; necesitamos un glosario más amplio. Pero la respuesta no está solamente en las palabras. Las propuestas artísticas presentadas en cuerpos de agua sugieren modos de hacer esto posible. Exploran la materia líquida en sus diversas formas. Indagan sobre el peso y la resistencia de los cuerpos que se hunden, flotan y se imbrican, sobre membranas impermeables y permeables, sobre las formas de cuerpos de agua geológicos, vegetales, animales y humanos, y los movimientos y circulaciones de sedimentos, barros, desechos.
En este canal, Alejandro Mejía Andrade (2020) parte de los fluidos de cuerpos humanos y vegetales para experimentar con animaciones de abstracciones geométricas contenidas en las caleidoscópicas formas del agua. Abordando dinámicas que también unen procesos micros y macros, en Sistemas de flujo desde el cuerpo humano Genietta Varsi (2020) propone ejercicios de respiración y movimiento que retoman los tejidos corporales como vías de comunicación desde el individuo hacia el cuerpo planetario. Sandra Rozental (2020) narra cómo el cuerpo líquido del río Usumacinta al retener las estelas (piedras labradas mayas) se resiste a que sean saqueadas y re-enmarcadas como patrimonio tangible. En diálogo con ese proyecto, Santiago Gaja (2020) mapea los remolinos y raudales del mismo río como fenómenos hidrodinámicos que crean el paisaje siempre cambiante, mostrado en “Mapa azul”, una animación que recrea tres décadas de cambios del curso. En tierras colombianas, Eulalia de Valdenebro (2020) publicó de sus Cuerpospermeables tres performances a la intemperie que crean íntimos contactos e intercambios entre su cuerpo y la niebla, el viento, y la laguna de los páramos —las tierras altas donde nacen los ríos. Siguiendo las consecuencias del curso que las aguas paramunas toman por la ciudad de Bogotá, en Caer, caer, caer Emilio Chapela (2020) creó intervenciones digitales en fotografías del imponente Salto Tequendama, referente en el imaginario pictórico colombiano y hoy una cascada de aguas contaminadas donde el río Bogotá aprovecha la caída para oxigenarse —un “respiro” con el que se intenta curar.
1 Astrida Neimanis, Bodies of Water: Posthuman Feminist Phenomenology. Londres: Bloomsbury, 2016.
2 Daisy Hildyard, The Second Body. Londres: Fitzcarraldo, 2017.
3 Stacy Alaimo, “States of Suspension: Trans-corporeality at Sea.” ISLE: Interdisciplinary Studies in Literature and Environment, 19, no. 3 (2012): 476–493.
4 Donna Haraway, Seguir con el problema:Generar parentesco en el Chthuluceno. Trad. Helen Torres. Bilbao: Edición Consomni, 2019.