Tacto, permeabilidad y continuidad: Notas para navegar entre–ríos

por Jazmín Novoa

Recordar el sonido de aguas en Santa Marta

Fotografía de la autora.

Toda navegación por la plataforma de entre–ríos.net es personal e íntima. Como en un río, sus afluentes no son estáticos ni inmutables; cambian, como cambia la experiencia de navegación en cada intento por refrescar la página. Había ya visitado la superficie de la plataforma digital, cuando, en nuestro afán de interrumpir el aislamiento prolongado y de enfrentarnos temerarias a los peligros de la tercera ola de Covid en Colombia, Annie y yo decidimos visitar otras aguas y otros ríos. Entre el río Buritaca y su desembocadura en el mar Caribe, le confesé a ella cuán ajena y envidiable me resultaba la experiencia de crecer y vivir junto al agua, cuán misteriosas se me antojaban las existencias infinitas del océano y de la montaña. Recuerdo que en la conversación siguiente hablamos de la hidrografía de Colombia, que ella repasaba con juicio de antropóloga mientras yo, obediente a los modernos discursos desarrollistas, preguntaba por sus correlatos de intervención humana. Allí, como si fueran otros los cuerpos de agua, como si acaso fuera yo misma ajena al flujo del río, pensaba que mi vínculo con esas aguas era apenas turístico –momentáneo, frágil, fugaz– y se vería interrumpido cuando volviéramos a Bogotá. Otras se me antojaban las existencias de los seres de agua, como si de cuerpos discretos y discontinuos se tratara, como si al río le importaran mis fronteras epistémicas.


Imagen de la autora.

En retrospectiva, sé ahora que mi percepción partía de, y coincidía con, los regímenes visuales occidentales, que surgen de la diferencia entre lo natural y lo cultural, el sujeto y el objeto, la mente y el cuerpo, el yo y el mundo, e imponen modos de habitar que conducen a las crisis ecológicas y sociales que ahora nos atraviesan. Yo veía el río, pero era incapaz de sentirlo como se siente el propio cuerpo, miraba desde la distancia segura de la otredad. Navegar entre-ríos significó, entonces, la posibilidad de atravesar mis vicios epistémicos y de arribar a una transformación a través de las impresiones de lo sensible y de las maneras en que se manifiestan las subjetividades de lo lo otro –que no es sino una etiqueta para silenciar lo común–. Abandonar la superficie y sumergirme en los trabajos de las colaboradoras de entre–ríos se hizo preciso para cuestionar y resistir los regímenes y las hegemonías de esa impresión estética que ya se tambaleaba en mi experiencia vital.

Continuidades líquidas

captura de pantalla de entre-rios.net

entre–ríos es un espacio digital en el que confluyen obras y prácticas de artistas que exploran las continuidades, permeabilidades y colaboraciones entre cuerpos de agua humanos y no humanos. Los proyectos de entre–ríos buscan repensar las relaciones entre los humanos y sus entornos como relaciones húmedas y porosas, continuas y permeables, a partir de narrativas alternas y apuestas de performance que hacen sensible –audible, visible y tangible– la fenomenología de lo líquido como aquello que han omitido los paradigmas estéticos occidentales en su afán por ver en el agua un recurso a disposición de los intereses de la modernidad. En lugar de la posesión estética del agua, estas mediaciones entre los artistas y los cuerpos de agua devienen en alternativas éticas que exponen lo humano como esencialmente líquido. En concreto, los artistas exploran las continuidades entre tres ríos, el Rímac –en Perú–, el Bogotá –en Colombia– y el Usumacinta –en México, a través de cuatro canales, que se superponen, se conectan y a veces se desenredan y fluyen en direcciones distintas: cuerpos de agua, o exploración de la materia, las formas, los cambios, los flujos y los movimientos de los cuerpos; ensamblajes más-que-humanos, o reflexión sobre las concepciones no lineales del tiempo ni unidireccionales del movimiento; modos de habitar, o formas simbióticas de colaboración que colapsan los binarios occidentales y voces de río, o ritmos, sonidos y silencios del agua y de las fuerzas que entran en relación con ella. Para superar el oculocentrismo como eje de la percepción, que nos hace ver seres discretos y autónomos donde hay cuerpos en contacto, y adentrarnos en una práctica de sensibilización y cuidado con la vida, de agencias compartidas, me referiré a algunas piezas en que los artistas exploran el tacto como una apertura a la continuidad y al flujo continuo. En estas obras la piel, la escucha, las relaciones entre lo humano y lo no-humano y las especulaciones sobre la agencia de las vidas no humanas son todas extensión del tacto.


Un texto (textura) en flujo

Lisa Blackmore, “Decir lo que nos toca” (https://entre-rios.net/decir-lo-que-nos-toca/

Puede esta inmersión empezar con el ensayo y los videos de Lisa Blackmore. Se trata de Decir lo que nos toca, de articular la experiencia de la inmersión como una en que se rozan y cohabitan cuerpos vivos. Siguiendo la filosofía de Michel Serres, Blackmore refiere al cuerpo y a la piel como lugares de articulación de disposiciones, de materia y de afectos, de relaciones de adentros y afueras. Nadar implica para ella una actividad del tacto, del contacto, una consciencia de la propia alteridad y de la conexión con otros. Desde el río Stour, en el que nada, la vida líquida se antoja una continuidad que ignora las fronteras, una confluencia de seres originarios y de existencias arrastradas por las corrientes y las contingencias. En su descripción, una coreografía de cuerpos en armonía, del suyo y del cuerpo de agua que la sostiene y la envuelve colándose por sus poros, convoca una experiencia subacuática compartida, por nuestra composición principalmente líquida, por nuestra inmersión de pez-en-agua-amniótica y por nuestro “sentido común” que es la superficie dérmica que nos recubre. En el reconocimiento del intercambio de flujos entre cuerpos que se tocan, es posible encontrar disposiciones para el bienestar, la atención y el cuidado mutuo y para llegar a ser más río. En este sentido, los ríos se hacen presentes, porque existen múltiples conexiones y porque, incluso cuando estas no son evidentes, el arte inventa formas de sentipensarlas. Allí estamos en su movimiento acuático, armonizadas con su respiración que, al tiempo, está acompasada por las aguas que resuenan a su paso. Vamos fluyendo por su texto como si atestiguáramos su nado y nos atravesara también la confluencia de ideas, de imágenes, de tiempos juntados para hacernos parte de la misma continuidad, para tocarnos.

Cuerpos líquidos


Genietta Varsi, Sistemas de flujos desde el cuerpo humano (https://entre-rios.net/sistemas-de-flujos-desde-el-cuerpo-humano/) y Limpieza y salud urbana: desahogo de las aguas (https://www.geniettavarsi.com/limpiezaysaludurbana

Entender el cuerpo y los cuerpos como partes materiales y maleables en contacto tiene también lugar en la obra Sistemas de flujos desde el cuerpo humano de Genietta Varsi. Aquí el aire y el agua hacen parte de una propuesta de reflexión y práctica para pensarnos y cultivar(nos) desde lo líquido. A partir de ejercicios de respiración, sudor y llanto, Varsi propone descomponer y desestabilizar el cuerpo para hacer visible las interacciones y movimientos de aire, agua, órganos y partículas que suceden en los sistemas neumáticos e hidráulicos. Llenarnos y vaciarnos en un flujo constante de aire y agua nos obliga a pensar en nuestra existencia líquida, a sentir desde y con los cuerpos que se mueven para hacernos sudar, para hacernos llorar y, con ello, creer, crear, soñar, viajar. En los ejercicios no solamente actúan las voluntades del cuerpo humano, sino las energías, las partículas y los flujos que lo rodean, que lo sostienen y que lo limitan, así como las ideas, los sueños y las historias que elevan su existencia. El agua que llega a nosotras visitó antes otros cuerpos y a otros irá, a continuar el flujo, cuando salga de nosotras en violento llanto o en calmado aliento. El trabajo de Varsi nos lleva a sentir desde la extensión del propio cuerpo hasta la intimidad de los otros, a ser llanto llorando y a ser río fluyendo, a ser junto con los flujos de evaporación, de purificación y de riego del agua que somos, desde el movimiento hasta el dolor.

Silencio

Eulalia De Valdenebro, Cuerpos permeables (https://entre-rios.net/cuerpospermeables/)

Tocar es entrar y es hacer parte, reconoce Eulalia De Valdenebro. Sus apuestas performativas en Cuerpos permeables se desarrollan entre la simbiosis de su propio cuerpo y la de los cuerpos que habita, la laguna o el páramo. La entrada a estos lugares es condicionada por el tacto. En sus videos y poemas, la artista se funde en el performance de la otredad. Su cuerpo danza para fluir con los otros, no en un intento de representación del otro ni de una mímesis del cuerpo-espejo, sino de un devenir: su cuerpo deviene niebla, roca, viento o frailejón. Su cuerpo resuena con los cuerpos que a su alrededor suenan. De Valdenebro ofrenda a la laguna su vergüenza y su dolor; allí Narciso se reconoce, en su hermosa inmensidad de laguna, y se funde, como el oro ofrendado, en la laguna que todo lo contiene. Allí, en un juego de rupturas y pertenencias, la laguna le recuerda al cuerpo su apariencia ajena cuando proyecta sobre sus aguas su imagen de Narciso avergonzado. La laguna usa su imagen y la devuelve. También el viento usa el cuerpo de la artista como instrumento, lo hace viento y lo devuelve a la fragilidad de su existencia finita. Sonar con el viento es dejar pasar y soltar, ser y dejar de ser, ser tocado por un viento que suena dentro y fuera del cuerpo.

Contactos comunitarios

Alejandra Ortíz, Tejer(nos) (https://entre-rios.net/tejernos/)

La experimentación sensorial de la escucha y el tacto como condiciones para una relación de tejido entre el yo y los otros se hace presente en la reflexión propuesta en la obra-taller de Alejandra Ortíz, Tejer(nos). Se tejen fibras del carrizo que proviene del río Rímac mientras se teje la acción comunitariaLa unidad y la multiplicidad en el tejido resultan claves para entendernos como estructura a nivel individual y social. Ser un tejido implica ser una estructura conformada por una serie de partes, de movimientos y de sonidos al nivel celular, muscular y orgánico de los cuerpos, pero también a nivel de la comunidad con la que estamos entrelazados y con la cual configuramos nuestras maneras de habitar. El tejido, en la obra de Ortíz, parte de ser una práctica ancestral de la región andina y resulta ser un impulso de continuidad, de creación de unidades perdurables que, como actividad social, depende de las relaciones armónicas entre el cuerpo y el entorno, del aprendizaje de una técnica y de la memoria de la planta y de la comunidad. Aprender la técnica del tejido atraviesa una relación de escucha. Tejer en comunidad es una práctica de escucha. Las interacciones entre el tejido del carrizo, el tejido dérmico que lo trenza y el tejido social que lo enseña y lo actualiza son todas manifestaciones del mismo tacto y de la continuidad del contacto.

Especulación de existencias insospechadas

Leonel Vásquez, Canto de las abuelas (https://entre-rios.net/canto-de-las-abuelas-2/)

La escucha y el tacto surgen también en la obra del artista sonoro Leonel Vásquez. En 21 ejercicios de meditación guiada por las abuelas –piedras de río y testimonios rodantes del paso del tiempo–, el artista propone la escucha como ejercicio de purificación de los propios flujos internos, pues el sonido sucede dentro y fuera de los cuerpos que suenan. Las 21 piedras fueron extraídas de ríos sanos y enfermos de Colombia. El artista, en un gesto de amor, cuidado y atención, recoge y limpia cada piedra, cuyo sonido es amplificado por un sistema creado por él mismo a fin de que sea el objeto de atención durante las meditaciones. Escuchamos el trabajo del cuidado del artista y la existencia de una piedra que muchos cuerpos han tocado. El sonido implica distancias, espacios y silencios. Escuchar con atención es entrar en contacto con el río, es dejarse tocar por el silencio del agua ausente y dejarse purificar en cada movimiento circular de la roca. El sonido amplifica el misterio insospechado de los cantos subacuáticos, de la memoria del tiempo y del agua que ha tallado cada roca.

Agencias imposibles

Alejandro Mejía Andrade, Cuerpos de agua (https://entre-rios.net/cuerpos-de-agua-am/)

Como en las rocas Leonel Vásquez, otros artistas se concentran en cuerpos marginales para adivinar, presenciar o especular su agencia. Estas apuestas parten también de la continuidad entre la percepción y la ficción para pensar en existencias no imaginadas, dejadas al margen de los regímenes estéticos. Alejandro Mejía Andrade, en este sentido, desenvuelve lo que significa pertenecer al agua y ser un cuerpo de agua desde la perspectiva de la gota que bebemos. En Cuerpos de agua, el artista propone una forma simbólica del agua a partir de revisar los movimientos microscópicos que suceden al interior de una gota. Los registros muestran los patrones de movimientos y sombras trazados por los seres microbiológicos que coexisten en la gota de agua y que se proyectan en dimensiones visibles gracias a una tecnología humana. A partir de allí, Mejía crea una ficción en abstracciones gráficas de las geometrías del agua, interpretando sus signos, sus formas, sus tiempos y sus flujos. En animaciones con un proyector de acetatos y papel recortado, Andrade da sentido, ordena y desordena los patrones de movimiento para hacernos partícipes de la existencia mágica que, de manera simultánea a la nuestra, sucede en el interior de una gota de agua. El movimiento amplificado de los mecanismos microscópicos desborda aquí los límites de la agencia humana; cada gota se antoja un propio universo de interacciones y cambios, de modo que cada parte contiene a su vez una infinidad de micro-partes que se tocan, que se mueven y que se separan.

Crisis


Diego Orihuela, CTR (https://entre-rios.net/CTR/)

La ficción, más allá de la fenomenología humana, es finalmente exacerbada por el artista Diego Orihuela en su proyecto de arte digital CTR. Su fin es habitar lo digital desde la subjetividad de la imagen. Su proyecto tiende a la especulación de la respuesta de los cuerpos materiales subyugados y, con ello, a la apertura de posibilidades epistemo-estéticas. En su trabajo, se desplaza el centro de la agencia y se imagina una existencia planetaria que sucede en detrimento de la experiencia humana. La continuidad de lo ficticio en el mundo digital da lugar a la recuperación de dos seres que habitan la imposibilidad del río Rímac, el cáctus y la trucha arcoíris, y se resisten a ser vida más allá del río. El artista desafía y diversifica las fuentes de agencia para dar lugar a una narrativa terrorífica en el que el mundo avanza apático e indiferente a los intereses humanos por dominarlo, de modo que las agencias no humanas suceden no solo indiferentes a las expectativas humanas sino en oposición a ellas. Así, el artista cuestiona los discursos paternalistas que ponen en el centro del cuidado la acción de los humanos y saben víctimas pasivas a toda existencia que se mueve fuera de su asignación de sentido. Especular sobre las respuestas del río a la contaminación y de los seres del río a la comercialización en el ensamblaje estético de Orihuela acentúa la realidad horrífica de que los humanos no son los únicos sujetos que resisten y se emancipan.


Navegar la experiencia estética de lo hidrocomún en el proyecto entre–ríos implica extender los sentidos, atender a los afectos en la experiencia de ser cuerpo húmedo y poroso, cuestionar las lógicas que nos separan de lo otro, abrazar la continuidad con el cuidado y la responsabilidad que exige ser un hilo del tejido y aprehender la fragilidad e inestabilidad de los flujos que nos transforman y nos unen con los otros, humanos y no-humanos. Estas prácticas artísticas suponen superar el discurso del agua como utilidad o recurso y practicar una disposición tanto a la compasión como a la perplejidad del cuerpo de agua. Las colaboraciones de los artistas con entidades no humanas instauran acciones propositivas, apuestas de transformación y estéticas del cuidado.

Jazmín Novoa

Colombia

Filóloga, filósofa y clasicista, con intereses de investigación en la conceptualización y representación del cuerpo en los textos y la cultura material de la antigüedad grecorromana y su diálogo con el mundo contemporáneo.